Del reto "Un especial de la Familia Ulises en el TBO, un carrete de cuerda, letras gigantes y un llavero con muchas llaves"
Tenía escritos dos distopías sobre el cambio climático pero a mitad del microrrelato se quedaban sin alma.
Hace en el sótano ordenando recuerdos en un armario vi cosas que me traspasaron el alma: un especial de la Familia Ulises en el TBO, un carrete de cuerda, letras gigantes infantiles de preguntas y respuestas y un llavero con muchas llaves antiguas.
Y me acordé de las palabras que mueren anónimamente o que uno saben que van a morir. De pronto pensé en la palabra sopladera, que los jóvenes conocen pero que ya no usan. Una sopladera era aquello que atabas a un palo tipo bambú, si lo soltabas y volaba era un globo como el de las canciones de la televisión y si se caía al suelo y se estallaba era una sopladera.
Una sopladera se la podías tirar a alguien porque le estallaba en la cara, pero un globo se lo tenías que tirar y explotarlo con una aguja y entonces no tenía gracia. Las sopladeras ibas a una tienda y comprabas un paquete de diez.
Beatriz limpiaba en el patio de su casa y le dijo a los niños que quitaran las sopladeras del cumpleaños del día anterior, cuando llegó alguien del Ayuntamiento de San Mateo de Estadística que venía a estudiar "el nivel cultural" de la gente de la zona. A Beatriz se le cayó la cara de vergüenza y dijo que era la criada.En cuanto se fue el hombre se fue impulsivamente sucia y sin cambiar a radio ECCA porque quería estudiar para tener la oportunidad de ir a la Universidad.
Además la palabra sopladera recordaba a padres con bigote chungo,corbata y a orden. A mujeres con pañuelo en la cabeza y traje negros para ir a misa que ya había dejado de ser en latín y con el cura de espaldas a los feligreses. Cada palabra tiene anécdotas y alma,pero a veces recuerda la miseria y escasez de una época.
La gente joven hoy diría más dulcería que pastelería porque suena más popular,más democrático, y diría farmacia y no botica.
Cuando cambiaron el antiguo Parque Doramas, un parque bohemio donde iban los jóvenes en mal estado o las casas de pescadores de Luis Doreste Silva con sus redes secándose al sol a uno le daba pena,SIN EMBARGO veía los grandes edificios nuevos y el bienestar compensaba.
Ayer murió mi madre. Cuando volví a casa y cerré la puerta sin nadie que contestara me di cuenta que ya jamás escucharía sus palabras. Recordé su bello rostro pálido como con polvo de mármol y su fina nariz perfecta.
Pero ¿y las palabras muertas? Lenguaje inclusivo,palabras más abstractas,más etéreas, casi sin fuerza.Resulta probable que nuestra descendencia considerará que nuestras palabras eran agresivas y desagradables. ¿Cómo decirlo? palabras anónimas que se mataron a trabajar por sueldos miserables, que nos cuidaban sin rostro,y hasta los sabios medio locos se cansarán de explicar dentro de un siglo qué significaban ante la indiferencia general.
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