Sucio gorrión de vida
que picotea en mis manos,
cómo destruir su vuelo
por querer atraparlo.
Te enfada mi deseo
que te hunde en el mar,
ondas de agua que mueren
no te dejan volar.
Barco encallado en arrecife
mi historia sin relincho,
el deseo rechina y enfada
garabato en un nicho.
Eres bella en tu silencio
de muelle oxidado y tan fiel,
que el deseo es grasa en el mar
para quien necesita piel.
Nuestros cuerpos enredados
son el espino sobre arena,
¿cómo golpearé en lo que hundo
un deseo sin condena?
Siempre llevando la contraria
a las arenas remotas,
das un aire misterioso
a las perdidas gaviotas.
Te coronaran con piedras
y se secara el barranco,
con herrumbre de tus flores
cómplices del asco.
AL PRESO de un hurto que huye
o un matón que tenía razón,
seas delatada en equívoco
por un genocida masón.
Tu venganza no me irrita
ni me irrita tu rabia,
sino el eco en soledad
de tu nada.
Meteoro al infinito
saber hacia quien te mueres
¿a quién le importa
si no nos mueves?.
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