La muerte Apoteosis del Corredera

Bambolea olivo a destiempo tambor al garrote despierta, y agarra en falsas excusas a la cabeza del bebé muerta. Murió en chanclas Corredera como si echara alquitrán en cadáveres en la arena. Chancleteaba el pan seco preso con la espadaña, procesión de piedras como a un santo paseaban. no, que no, que no, que no se acuerdan de los muertos. Sus amarillos ojos secos cardos podridos, daban carne al ciego que le bendecía amigo. El lagarto en espuelas vestido de flores disolutas, reza por encargo la cruz fruto de herrumbres difuntas. Brilla el mar a las espuelas como si al muñeco rezaban, la tela metálica preso con sus pezuñas sangraba. Escondido en las ruedas de un camión sin aviso, veía el asfalto látigo de un fuego abrigo. no, que no, que no, que no se acuerdan de los muertos. Desde niño llevando cargas camello rampante sin escuela, si no te tragan las olas te arrastrará la marea. ¡Juan! ¡lleva esta carga! ¡Juan! ¡cámbiate la muda!, el barco descarga a los Jonás en las arañas peludas. ¡Juan!¡qué bien vives sentado! ¡se mueve pero no suda! si trabajara de verdad algo valdría para cura. Con callos reventando callos ceba podrida del puerto, la espalda como una fusta un Lázaro requetemuerto. Y al patíbulo del orador el pié un ancla suelta, y arranca sueños al rebelde como raíces en la arena. ¡No, que no, que no, que no se acuerdan de los muertos!. Porque le robaba el pan un traidor por un sobre, come el pollo podrido que le venden al pobre. Airea de uñas la boca sabe a herrumbre la conciencia, lo eterno es mar de noche en marejada serena. Muerte idiota de los fuegos echa cal a los viñedos, prostituye a los bebés mata de hambre a los perros. para que el cemento se seque echa al pozo a los presos, para que pese la herrumbre del hormigón del puerto. ¡No, que no, que no, que no se acuerdan de los muertos!. No hizo falta despedida con grasa el pañuelo, ni una mujer con gritos que berrearon los perros, no, que no, que no, que no se acuerdan de los muertos. Ni un árbol reseco recuerda a la ardida Telde sin incendio, si no quedan raíces traumas no se arrancan a los sueños. no, que no,que no, que no se acuerdan de los muertos. Cáncer echaron los lagartos detrás de las lavadoras, si no sangran ya las manos no incordia la doma. El fango sobre la herrumbre el bienestar del sol decolora, el fuego no quema la aridez el humo pajullo ahoga. Furiosos niños ahorcados rey odioso en sus intrigas, huelguista insomne sin fábricas ¿QUIÉN tu corona de ceniza? ¿Quién quedará en ridículo por defender tu inútil causa?, belleza sin lucro ni sentido ni traidor ni héroe en el agua. La gloria del héroe inútil al leproso es una sombra, carraca admira a lo lejos cerca no le dan limosnas. Al MAGO de la mentira tras la batuta de una bala, nadie averigua al mártir tras el flagelo de la espalda. La Falange taladra catecismos naufragio de ojos rabiches, y ojos mala hierba de rabia quemados como chinches. En la noche las ventanillas dan al mar del pasado, uno inhóspito da la espalda huesos al buitre esperando. ¿cuántos naufragios vacíos al oleaje del acantilado?. ¡No, que no, que no, que no se acuerdan de los muertos!. Tahúres,mártires,huecos potros, ruinas prematuras de alba sangre de cloaca, fotos sin rostros, héroes sin causa ni trono para el servicio de morralla junto al cuarto de las máquinas. Mártires de causas perdidas para qué tanto desperdicio, ¿servirá la brasa en la arena cuando quemes los nidos?. ¡No, que no, que no, que no se acuerdan de los muertos!.