Sobre Salvador Dalí
"Soy "católico, apostólico, romano, hipócrita y jesuita".
Cuando Salvador Dalí volvió a España tras la Guerra Civil contrató a unos sirvientes a los que cogió cariño. Dalí no solo era un ególatra sino que tenía un humor despiadado, inteligente y cruel y como ya era famoso universalmente nadie le contradecía.
Los sirvientes tenían que cuidarlo como un niño porque no sabía hacer nada salvo pintar y pensaban que esa forma de ser venía de esa impotencia vital frente a la vida y de las infidelidades consentidas de su mujer con jovencitos de la zona. No servía para las cosas cotidianas y aunque hartaba a los sirvientes asombrados tampoco mostraba gratitud. Al fin y al cabo podía pagarles mucho menos. Pero veían que en el fondo tenía un gran corazón.
Cuando Dalí se estaba muriendo todos lamentaban su agonía. Pensaban que después de más de 40 años de servicio y haciendo constantes favores como ir de madrugada si necesitaba alguna ayuda les dejaría como es algo natural un incentivo en el Testamento.
Cuando abrieron el Testamento los sirvientes se quedaron estupefactos de la generosidad de Dalí.
Un sirviente que lo había conocido de toda la vida se marchó triste y dijo: " el señor Dalí no quería a nadie". No les había dejado nada tras más de 40 años de servicio. Entonces recordó su crueldad,su mezquindad, y que eran ellos solos lo que confiaban en su bondad.
No, se habían engañado,lo habían interpretado todo mal una y otra vez.
-¿Por qué tienes tanta comida en la nevera si vives tú solo?
-Así puedo sentir el poder de mi dinero.
Incluso el hecho de una broma en voz baja sobre las infidelidades de Gala había generado un cierto rencor entre algún compañero sirviente y los cotilleos hacia Dalí que quería vengarse después de muerto.
Los sirvientes hicieron documentales pero no quisieron recrearse dando malas referencias de Dalí. Siempre les repetían las mismas preguntas. Una de ellas era:
-¿Valió la pena servir a un genio como Dalí?
- Bajjjr. No.
Y seguían contando en otras anécdotas sobre él pero como si no pensarán para nada en él.
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