Tuviste el laurel con carbonilla
de las batallas ganadas
pero en tu desembarco
en las playas de Alemania,
no hubo metralletas
ni bombas sino espaldas.
Eran barcas con odio
Alemania eran islas áridas
eran colinas sin colores
gaviotas de hambre pálidas.
Nadas como un perro rabioso
que se retuerce frente al fuego.
Nadas como un acreedor
que se echa en cara su deseo.
Y esa angustia te da vida
porque llegas al peaje.
Sufriré por una causa al fin
como ruedas por un coche.
Y el recuerdo de los héroes
caricia de una navaja
te hace sentir el frío
del insulto a la espalda.
La muerte eterna te llama
ángeles que se gritan
como abordaje de pirata
como buitres al vigía.
.
Barajas en la noche/
susurras tu apuesta que va/
rápido eco de un coche/,
por ti se va el sol al mar/
en el mar pisas el suelo
fin de tanta eternidad/,
muerdes el aire en derroche/
todo pudo ser...no el final.
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