Literatura/ lengua,cine, música y arte.
Alicia atraída por la madriguera
domingo, 25 de febrero de 2024
La desgracia de un hombre suplantado.
Cuando el dinosaurio despertó, nosotros seguíamos allá, como mil ratas que le mirábamos con miedo".
"Por favor, ¿puedes tocarme?".
Tengo recuerdos entre lágrimas para mi asombro de cuando nos conocimos pintando en la Escuela de Arte Luján Pérez. Para mí lo más importante era pintar, y la heroína más grave no importaba para pintar. Desde que ella llegaba al pasillo de la Escuela, yo sentía su bajo tono de voz diciendo sus habituales bromas absurdas que ni ya ella entendía.
La tortuga del cuento de Zenón de Elea escribió con intriga un telégrama: sé que nunca llegaré a la meta, solo corro por placer, para mí no es algo triste.
Jonathan Pajilla era un antiguo amigo y Carol una bella joven inmigrante ilegal que vivía en un apartamento y cuidaba a mayores. Nunca tuve la intriga de saber dónde salía tanto dinero.Tenía mucha gracia. Un día que fui a visitarlos tenía su ropa íntima sexy colgada de la nevera, con un letrero que ponía "No tengo hambre". Cuando lo vio él me dijo que no sabía si estaba dirigido para él o para ella.
Cuando volvía en la guagua ellos me contaron su historia, el exnovio de ella que era un señor mayor la trajo de Latinoamérica y siguió su camino para trabajar hacia Gran Bretaña, no se la llevó pero se comprometió a pagarle los gastos hasta que ella se pusiera a trabajar y fuera independiente. Mi amigo abandonó a su familia entre peleas para irse a vivir con ella. Cuando llegó su parada la chica me dijo: "por favor ¿puedes tocarme", yo me quedó pensativo y toque el timbre la parada.
Parece que ese hombre volvía una vez cada tres meses y se quedaba con la chica 15 días, no sé por qué, por tanto mi amigo se quedaba sin un sitio a dónde ir y me pidió quedarse en mi casa. Acepté. La convivencia no fue mala,pero me echó varias cosas hirientes en cara, como que no le diera las copias de mi llave, o que no fuera más generoso con los gastos. No me lo podía creer. Tras eso me prometí que no volvería a mi casa, aunque se rompiera para siempre la amistad.
Según ellos la chica y el señor solo tenían una profunda relación de agradecimiento y que aquello solo iba a ocurrir una vez. Tuvimos peleas diciéndole que aquella relación no le convenía para nada, que se había peleado con todo elmundo y que había que tener dignidad. Tres meses volvió el señor, yo me negué a que volviera a mi casa y él me dedico terribles gritos e insultos acusándome incluso de que yo había flirteado con su novia. En fin.
Me llené de rencor, estuve varios días pensando en tirar de la manta y confesárselo al señor que estaba poniendo una fortuna en aquella historia. No solo por los líos en los que me había metido a lo largo de los años y la ingratitud, sino por los insultos. Al final, pensé que no. Yo no era así, iba a tener remordimientos ¿y de qué me iba a servir a mí todo aquello? ¿qué recompensa iba a tener ser buena persona? Ninguna, simplemente sentirme bien y ser buena persona, a la larga tras la satisfacción de la puñalada, me iba a sentir mal. ACABARÁN MAL. Yo no soy así, me repetía mientras iba al aeropuerto viendo como despegaban aviones una y otra vez, soñando con paisajes de otros países...
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