Literatura/ lengua,cine, música y arte.
Alicia atraída por la madriguera
domingo, 28 de mayo de 2023
La Senda del Elefante que se Bifurca.
Siempre recordaré a la Madre superiora salesiana haciéndose la foto delante del David de Miguel Ángel en el viaje de fin de curso. Me dijo que si rezaba con fe a la Virgen podría conseguir todo lo que quisiera. Me producía angustia no poder entenderla allí de rodillas de lo transparente que era. No entendía por qué había que sufrir eternamente por una gloria que no entendía.
Primero pedí ir al Viaje pero como no conseguí el dinero no pude ir. Me enviaron la foto. Me pareció un acto de crueldad cínico pero inconsciente, estas monjas hipócritas no sabían lo que hacían. Eran unas sádicas que me recordaban rezar y rezar y rezar,pero no me ayudaron. Tampoco pensaron que tuvieran ninguna responsabilidad sino demasiada empatía conmigo.
Segundo pedí una bicicleta mountain bike último modelo todos los días durante un mes.
Aquel mismo día de vuelta a casa me encontré la bicicleta en la puerta del piso. Se me salió una lágrima y apreté la foto que llevaba en el pecho. Pero mi madre me dijo que era para mi hermano que había empezado a trabajar, que lo trataban un poco mal y que como ayudaba ala familia quería recompensarlo. ¡Me pareció una segunda injusticia tan tan dolorosa!
Robé la bicicleta y acusé a una pandilla de mocosos que siempre merodeaba por nuestra casa. Mi madre no denunció porque "la bicicleta" no tenía tanto valor. Me iba con mi bicicleta como un elefante torpe al Instituto, pero estuvo toda la semana con peleas,berrinches e insultos porque yo era una irresponsable por no vigilarla. La madre superiora quedó encantada de que se hubiese cumplido el milagro. El empujón para que se cumpliera el Milagro. Un día me confesó que sin querer se lo había dicho a mi madre y se descubrió todo el pastel.
Miraba con odio su foto en Roma en ese viaje al que no pude ir por falta de dinero. No me habían ayudado y encima era una bocazas. Las veía salidos como en esas películas de los 60 en que un españolito miraba salido el escote de una sueca. Me daba asco y vergüenza ajena. Sentía angustia antes de volver a casa. Llegué a casa y cuando abrí la puerta estaba mi hermano y mi madre. Mi hermano se sonrió. Me comentó que me quedara con la bicicleta, que me la merecía.
Mi madre me confesó que siempre sospechó que había sido yo, pero que le daba pena desenmascararme. Nos hicimos una selfi riéndonos con la bicicleta detrás.
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