Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

lunes, 7 de febrero de 2022

Money money money

No hay más truenos que el dinero. (Dedicado a Alexis Díaz-Pimienta que habló del dinero). No hay más truenos que el dinero. Yo vi engañar al hermano para robarle la herencia al hermano chiflado tirado sin clemencia, y ante notario firmado. Vi mentir al diputado que iba a dejar fácil construir para que pudiera vivir al que fabricó sus obras, y se arruinará de sobras al que las hizo "demolir". No hay más truenos que el dinero. A los letrados solemnes vi quedarse sin dientes por contentar al patrono, dar por bueno sin retorno el milagro de los peces, llamar a un contrato "acuerdo". Al amigo al que no importa la ética de la luz corta, "yo invitaré si recuerdo mañana -con tu dinero". No hay más truenos que el dinero. Vi al alcalde de Lanzarote entrar más que un camello a la cárcel sin rebote, con más cara que un sello. Salvando como un Quijote. Otro gran profeta del bar y chistes del avispero para firmar el chiquero, de la terraza que da al mar y el megahotel sin solar. ¿Sin amor a quién podrás matar? No hay más truenos que el dinero. No hay más truenos que el dinero. Vi al padre que no quiso dar ni sobras en el divorcio, y al hijo al que brilla en el ojo cien puñaladas por odiar. Vi a un hombre en su funeral solo por ser un tacaño nadie perdonaba el daño que ya no pudo ocasionar, y al que debía en un amaño que cruza en rojo sin mirar. ¿Sin construir a quién podrás amar? No hay más truenos que el dinero. En Hollywood actrices tienen que teñir perdices para al fin darse a conocer. A su madre deben vender por droga por ser felices. Que me afile duro saber cuanto te sacrificas. Sangra a rastras la gallina con el cuello del revés, cuando su muerte imagina. No hay más truenos que el dinero. A la expectativa a un derecho fango expropiar a alto precio en el centro de la ciudad, y al cura callar defectos por no quedarse sin siervos. Vi al médico que por honor se negaba gratis a abortar, y guapo en la tele explicar porque por lo privado no, con su gran carrera ejemplar. ¿Sin construir a quién podrás matar? No hay más truenos que el dinero. A la feminista que pudo amar a un tóxico con profesión. Y a un beodo que sin rubor no cansaba de censurar. ¿Sin construir a quién podrás matar? Por no devolver favores vi al santo romper las flores de su gloria y en la noche como el rechinar de un coche, la angustia de sus amores. No hay más truenos que el dinero.

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