Lo que la embarazada dice a su vientre.

Derrites mi huella dactilar en la arena que no calla, en tu diente esa morralla qué ambrosía es de manantial. Lo que te amé nadie sabrá: ni el desierto cruel e insomne que huérfano todo lo come, de lo eterno eres promesa y aún no siento como besa tu boquita de minihombre. Lo que yo te amo decías es aire más allá del amor y no me importa lo mejor ni mis estrias agrias son mías Ante los espejos presidías acariciarte imaginario, y en tu ojo vocabulario tu vientre que suena otra vez y en una lengua que no ves de ese abrazo necesario. ¿Qué anillo es más bueno que el que se resbala eterno? Preñar es nieve ágil sentir deshacerse frágil con un pié que se hace tierno. Te amo piel tersa que frisa flor que se abre reventada, chuchangos que se erizan ¿quién aireará que hechizan ese amor sin miedo a raspa? Tu vientre es el vitriolo tu rostro espuma llora. Tu luz ola que en la roca se rompe aún sin un lloro, mientras embiste el toro. Mil sueños en tu ojo trinco y en tu amor vidriado exploto el banderín de amor roto de gacela en nieve en brinco. El doble latido indico en tu mano sin más final que la sonrisa virginal, La risa febril en baile ¿cómo podré sentir aire en tus flash que brillan de mar? Te amo sin aire, sin precie oro que brilla si mata, la mejilla es arena y nata y que estafa si enriquece, derretirse hasta la nada.