Una huida fuera de lugar

Iban a tener su primer hijo.Josef trabajaba de policía y Cleo en una pastelería. Una noche Rous Meri la hermana mayor,eran tres, lo llamó para decirle que cuando iba a trabajar por la noche entre trogloditas ella salía y se iba con un antiguo novio para acostarse con él. Los habían visto en un bar. La epopeya parecía absurda pero puso a un amigo a investigar.

En una semana el duende desentrañó el misterio: era mentira. Ese mismo día le dijo a su mujer una cosa:"dile a tu hermana que deje de llamarme para contarme esos cuentos chinos". Aquel mismo día la abandonó,sin llevarse su ropa, ni dar mayores explicaciones.


Muchas veces a las víctimas nos caen bien las personas ruines sin darnos cuenta que quieren priorizarse cruelmente en la mayoría de las facetas de nuestra vida. La hermana había tenido 3 abortos y no podía soportar que su hermana cuatro años menor tuviera hijos antes que ella. Todos ellos eran afrodescendientes y aunque estaban orgullosos,sentían una frustración animal cuando alguien destacaba. De hecho,había sido infiel a su marido en sus siete años de noviazgo y lo fue recién casada con un abogado de la capital del departamento que estaba casado. Era un blanco apuesto, no se esforzó en fingir ni en el comienzo.

Ella fue a hablar con su hermana para preguntarle "¿por qué lo había hecho?" La hermana mirándola a la cara replicó orgullosa que todas eran invenciones,y el hecho de que él la hubiera abandonado reafirmaba el que él estuviera buscando excusas para dejarla.Le echó en cara excusas del pasado y lo bien que le iba y que no quería compartir ni las sobras de su buena suerte,basada en los estudios que su madre le había pagado.

Aquello degeneró en una pelea con gritos,en la que Cleo no tuvo empuje para replicar. No entendía por qué lo hizo, si enferma de envidia, por un odio insoportable por haber llevado una vida en la escasez, o por trastornos mentales. Decidió seguir el embarazo sola. Un duende serio se aparecía a partir de entonces todas las noches en un árbol que se veía desde su dormitorio, al lado de su jardín de zanahorias de Jinámar. Una mañana en su cuarto mes tuvo una sangría mientras se duchaba. El médico le dijo que lo había perdido. "Parecía un ángel con las manos entrecruzadas"...

Su madre y sus hermanas fueron a verla a casa llorando, diciendo que lo lamentaban. Su hermana no sentía ni de lejos alguna responsabilidad por aquello, sino incluso lamentaba recriminándole que la hubiese acusado de "la anécdota de la llamada" tan horrible, que se hubieran tenido que enterar por terceros,y de que no la hubiesen avisado para ir a consolarla.

Cinco años después en San Mateo yo la conocí en un trekking: era una treinteañera hermosa,increíblemente estable emocionalmente y sensata. Ya nos conocíamos desde hacía 5 meses, y como estaba agobiándola para quedar en una cita informal me bloqueó en sus redes,aunque siguió viniendo a los senderismos y contándome sus confidencias a destiempo fuera de lugar.

Aquella confesión me había descolocado.Cuando la conocí en su whatsup y en sus redes sociales tenía colgadas muchísimas fotos de la sobrina siempre sonriendo de esta hermana, con vestidos distintos,hasta tal punto que sentía unos profundos celos de la bebé de 4 meses. De hecho no publicaba apenas fotos suyas.El hecho de aquella confesión suponía "un sí", el hecho que ella se abría a una relación conmigo. Esa misma tarde habían aparecido carteles en el puerto de que se necesitan mecánicos de barco,para dar suministros en un país en una guerra eterna, el sueldo era malo pero necesitaba marcharme sin despedirme de nadie.

Cogí mi petate y fui al puerto donde firmé el contrato sin apenas leerlo. Por una vez,necesitaba hacer bien las cosas.