Dedicado al Aleph que para consolarnos del amor entendió lo que es la eternidad,
Epicuro que solo para consolarnos de la muerte nos hizo sentir lo que es la eternidad.
a Natalia S.S. la mujer que me amó y a la que a veces viví.
y a Nancy Padrón a la mujer que amé y a la que a veces morí.
Perdón rota ave que sin respuesta emigras.
Perdona árbol que en las patas de la mesa
quite tu misterio al deseo que ya no desea
ni el saber total, ni el placer que imaginas.
Perdón lo que no viviste sin remedio
muerdes vidrio muerto que el portazo agota,
no hay abismo que premie al mar que al sueño acorta
ni ceniza vengada sirve de premio.
Queda solo el abismo para adelante
del que inventa recuerdos en cualquier parte,
a la angustia del no beso de la amada.
En la ceniza hermosa no hay quien compense
deja que en la orilla oscura al tronco bese
y que en las sombras que pisé ame a la nada.
que en los cuerpos que no viví ame a la nada
que en los nombres que no entendí ame a la nada.
Que en los cuerpos cuyo misterio no entendí
ame a la nada.
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