Me imagino a Goethe o a Thomas Mann hablando con el lenguaje elevado y el tono impertérrito de la burguesía patricia que usa Cayetana Álvarez de Toledo o Rocío Monasterio al defender ideas muy elaboradas para esconder el sentido reaccionario y hasta retrógrado que tienen. Pero mientras en la alta literatura se justifica por su estudio sicológico o literario en el ámbito "crudo" de la política se ven como lo que son: ideas inaceptables, que ni siquiera aunque las llamen liberales, que tampoco, son aceptables en el grado de desarrollo de nuestra sociedad.
Rocío Monasterio tiene ese tono de voz típico del Opus Dei: pausado,organizado,donde cualquier expresión con sentido interjeccional se ha volatilizado,pero con una pasión subterránea,plomiza y un poco dejada. Cayetana Álvarez de Toledo con esa arrogancia patricia contenida no tiene miramientos en remarcar lo que piensa.
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