Una de las pocas suertes del arte español primitivo,en tanto que necesitaba una enfermedad aún,una identidad, es haberse deslizado con un espiritual profundo, que nosotros rechazamos por haber conseguido ser un artista pleno. Solo la Escuela Veneciana superó esa sensualidad del Renacimiento del 500.
Una sensualidad turbia,insana, de pieles blancas amoratadas de necrofilia,de prejuicios,de negro de luto,¿no esconde eso una sensualidad pródiga más allá de los comienzos del casticismo?
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