Un regalo para Navidad.
Reto: Un libro de arte, un cocodrilo, unas castañas y una piedra pintada.
Natalia veía aquella vidriera como una cueva de piedra pintada. Su padre le decía en misa: siento que voy a morir,ya no encuentro a las mujeres guapas. A Natalia le hace gracia.-Venir a misa para eso,no es un buen sitio. La decrepitud de su padre era evidente,y se acordaba como pelaba con los piés las castañas cuando iban al Norte. El sacerdote levantaba el misal como un libro de arte y después la cruz como un cocodrilo al que se derramaba la luz. Pero con la luz vio un derrame de sangre y dedos rotos volando.
Natalia estaba angustiada. No sé para que le dije a Yuneida que batiera el potaje.Yuneida era la hija de su marido. Es una jovencita guapa pero es tan despistada,patosa,vaga y respondona ¡con 20 años!. Ahora querrá que la reeduque yo,como si no tuviera con mi padre. Ella se imaginaba a Yuneida metiendo y cortándose los dedos en la exprimidora,sangrando y llorando y echándole la culpa en Urgencias a ella de que la maltrataba psicológicamente porque le mandaba a colaborar en casa. Todo lo hace mal.
Su padre se aburría y miraba las vidrieras.
-Papá,tenemos que volver a casa.
-Eh,¿¡quééé´!?. El padre estaba encantado. Cada cinco minutos cambiaba de opinión,y cambiaba de lugar en el que quería estar. Lo que le gustaba era llevar la contraria,pero mientras fuera con gente suave. Su hija estaba enfurruñada y no quiso responderle.
Se lo voy a decir a Antonio: el mejor sitio de una hija es con su madre. Desde que llegó es una enorme fuente de problemas,siempre respondiendo,siempre haciéndose la víctima, y haciendo el vago.Una inútil, ¡o ella o yo!,¡yo no puedo vivir con este estrés!siempre preocupándome de todo el mundo.Y de mí,¿quién se preocupa por mí?.
De camino,se imaginaba la cocina sucia,el fregadero lleno de platos y vasos sucios. Estaba frenética en el coche y el padre cuando vio cómo se saltaba un semáforo que ya se volvía rojo, no se atrevió a decirle nada, aunque estaba pálido.
Cuando llegó al piso saltando las escaleras con su padre, fue directamente a la cocina. El potaje estaba hecho encima de la encimera. Había platos y vasos sucios en el fregadero. Se puso a gritar sin saber por qué. Yuneida estaba en su cuarto,seguramente fingiendo que estudiaba,y no quiso salir.
Natalia iba de un sitio a otro preocupada gritando. Yuneida salió tímida,blanca,con la cabeza agachada, sin atreverse a replicar nada. Solo con un hilillo bajo de voz:mi madre me llamó esta tarde,me iré esta mañana por la tarde con ella por Navidad.
Natalia se dio cuenta de que era una excusa,que posiblemente era una mentira de la chiquilla. Y la abrazó fuerte para aliviar la tensión. No te preocupes hija,esta Navidad la pasarás con nosotros. ¿Oyes?.La pasarás con nosotros.
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