Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

viernes, 5 de enero de 2024

¿Volverá papá del frente por Navidad?

Para mi sorpresa, detrás del ruido y del polvo, quien salió de la chimenea no fue Papá Noel. Pero nos daba igual, le dije a Papá Noel que no nos diera regalos, tampoco hacía falta que nos reconstruyera la casa destrozada por los bombardeos todos lo único que queríamos era que volviera papá del frente. Hace años me contaba que la primera vez que vio un avión de verdad tenía 16 años. Estaba maravillado, asombrado, de ver aquellos ángeles como águilas gigantes. De pronto escuchó un zumbido y los edificios empezaron a derrumbarse. Así descubrió lo que es la guerra. Cuando nos escribió la primera carta nos dijo que cuando vio al primer hombre que había matado era un antiguo compañero del barrio ¿Moriría?¿se salvaría en el Frente? Una mañana tras la Navidad sin regalos en el pueblo empezamos a ver una especie de zombis uniformados desde lejos. Después mientras se acercaban parecían ballenas con la piel llena como de musgo verde y rojo. ¡Papá! ¡Era papá! Era horrible, era como si la mitad de la cara se le hubiera despegado del rostro y estaba colgando. Cojeaba y tenía un hombro más alto que otro. Me temía algo malo pero no esperaba algo tan horrible. Fui a abrazarlo, pero extendió los brazos para escudarse y mantener las distancias. Me acerqué más y lo abracé hasta que caímos en el barro. Cuando aterrorizado le quité la capucha vi que estaba allí con su rostro agotado, pero perfecto , intacto. Me puse a quejarme del frío y del hambre. Papá me miraba asombrado, hasta que respondió: ¿te has dado cuenta que estoy herido, no? Toma hijo un reloj lujoso de oro de bolsillo de colección que fue de tu bisabuelo. Es lo más valioso que tengo. En dos semanas volveré al frente. Si tu madre tiene hambre véndelo. Y se sonrió como si fuéramos dos camaradas en el bar tras una confesión chistosa. "Espero que me hayas dejado guardado un regalo de la Navidad jajajaja". Así se marchó mirando muchas veces atrás y bendiciéndonos, sin contar las terribles historias que volvería a vivir, como si los que nos jugáramos la vida fuéramos nosotros.

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