"Si no esperas un premio
por lo no malvendido,
¿por qué quieres un premio
por lo que no has vivido?".
El arquitecto eunuco del Faraón.
Recuerda cuando grites tu condena
la arena que gangrena tu garganta,
que elegiste la gloria que te mata
la gangrena del deseo que te eleva.
No hay a quien culpar aunque tengas la razón
si del laberinto sales al desierto,
si cuesta andar culpa a alguien quieto
culpando de tu obediencia al faraón.
Rechina el alba aunque ni el gusano hable
si tu templo fue un muro miserable,
sin premio por lo que has malvendido.
Y en la sombra de un árbol el engaño
TE RESTRIEGAS por no morir con lo amado
ya que no lo haces de no haber vivido.
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