Ya en el siglo XVII los españoles tenían la inteligencia de hacer complots,conjuras,triquiñuelas y estratagemas varias como lo harían los franceses en el XVIII y los británicos del siglo XIX,gracias a la cual se aceleraban conquistas o intervenciones con menor derramamiento de sangre por verse como inevitables.
Y es obvio que una buena labor filológica siempre ayuda como espía. En 1618 los españoles de la Embajada de Venecia posiblemente hartos de la ambigüedad del gobierno "aliado" de Venecia que tanto se aprovechaba del dinero español y de su equilibrio con el poder francés, extendió el rumor en las calles de Venecia de que los franceses y en especial los hugonotes,o sea los protestantes exiliados, querían dar un golpe de Estado para formar un gobierno más afín y tolerante.
La noticia ambigua corrió como la pólvora,pero en base a contradicciones se corrió la noticia de que era un bulo de la embajada española para que cuando atacaran a los súbditos de Francia,los españoles tuvieran una excusa para entrar con su ejército en Venecia por lo que no les costaría quedarse.
El odio a los españoles estalló y fueron a quemar la embajada y a detener a cuantos españoles quisieron huir. Quevedo que estaba allí tuvo que disfrazarse de mendigo pero sin embargo lo cogieron y hubo algunos que lo identificaron como español. Sin embargo, él prometía en un perfecto italiano veneciano que no que él era una persona sencilla e italiano.
Y hablaba tan bien el italiano que no se plantearon matarlo y lo dejaron marchar.
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