Literatura/ lengua,cine, música y arte.
Alicia atraída por la madriguera
viernes, 16 de agosto de 2024
¿Qué será de ella? lo sublime y la pena.
30 años después de nuestro odio de la adolescencia volvimos a coincidir bajo el sol intenso del misterio. ¿Qué será de Vanessa? me preguntaba frente a cada programa de televisión, frente a cada historia de amor canallesca frustrada. Así durante 30 años. Fue un flechazo. Solo entonces frente al desierto y una palmera torcida por el viento me di cuenta que siempre nos habíamos amado.
Ella se llamaba Vanessa, era familia lejana mía, y coincidimos en tercero de bachillerato. Yo un adolescente con problemas y depresiones, era judío y huía de mis compañeros. Durante un tiempo se reía de mí y decía que los judíos matábamos bebés en el Pesaj, una fiesta que celebraba el Éxodo de Egipto. Gracias a que en Canarias no había demasiada cultura general, y mis compañeros no tenían muy claro qué significa ser un judío. Como era tímido, simplemente se reían de mí diciendo que era maricón, algo que sí entendían.
Solo con el tiempo me di cuenta que Vanessa se metía conmigo porque estaba enamorada de mí,pero yo no estaba preparado. A veces me defendía de los insultos de otros compañeros. Así que pasaron aquellos dos cursos y no pasó nada. Siempre me preguntaba ¿qué habrá sido de Vanessa?
Le pedí si quería venirse a vivir conmigo, y con miedo me respondió que tal vez, que sí.
Vanessa seguía siendo hermosa y no se arrepintió del todo de venirse a vivir a mi casa. Fue el sueño cumplido de una vida casidesperdiciada: un amor otoñal que íbamos a vivir en serio. Su hermana nos regaló aquella foto venenosa diez meses después, la vi de reojo con rencor,se lo agradecí, la rompí a escondidas meticulosamente y la tiré a la basura.
Aparecíamos gordos, con un gato (no habíamos tenido hijos) y con un vaso de vino, esa antorcha de los asesinos nocturnos solitarios. Tres años después la relación se deterioró y ella se fue a cuidar a sus padres. Nunca entendí porque no volvió a comunicarse conmigo.
Tiré 1000 fotos juntos que había roto. Arrepentido por la noche fue al contenedor a salvar alguna foto rota, y la única salvable era ésta. 6 años después coincidimos en la parada de la guagua atestada de gente gritando y peleando. Me dijo que sus padres murieron, que se arrepentía de no haber tenido hijos pero de otro tipo y que podríamos intentar volver a vivir juntos. Solo le respondí que no. Cada momento de felicidad tiene sentido en su momento y yo ya quería volar para siempre solo.
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