Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

jueves, 31 de agosto de 2023

¿En aquel bar donde conquistamos Imperios?

¿A aquel bar al que fuimos sin saber si nos casaríamos? No sé si la culpa me ha rendido. He de hacer de tu belleza un chispazo en el olvido. Será arena en que has vivido, la armonía que tuvieras será arrugas, piel sin brillo.

jueves, 24 de agosto de 2023

EL VIAJE INSONDABLE HASTA CLEOPATRA.

Aquel día se jubilaba, él recogió sus cosas de la taquilla. Nadie le hizo una comida de despedida ni un regalo, salvo el portero que tenía una bolsa de nísperos salvajes. Cuando llegó a su casa estaba su hermana mirándole con gesto de asco. - ¿Ha llegado una carta que parece peligrosa y extraña? - ¿Sí? ¿Quién la envía?-respondió Jorge. -Pone que tú, hace 10 años. Le temblaban las manos y le costó abrirla temiendo una amenaza de muerte. Jorge se levantó, cogió el coche, estaba nervioso y fue al pueblo. Fue a la calle donde pasó su juventud, junto a la mujer que primero amó durante meses en silencio durante su adolescencia, con la que después se casó y de la que después se divorció. Ahora sentía la necesidad de amarla tras cumplir con décadas de trabajo duro. Necesitaba confesarle que la seguía amando aunque no sabía cómo iba a reaccionar, ni si ya tenía algún sentido. Pero tenía que decírselo. Nada más. Era una cosa bastante fuera de lugar, pero necesitaba quitarse esa espina del alma que se le hacía insoportable. Llegó al pueblo por primera vez tras diez años incapaz de hablar. Recordaba todos los recuerdos compartidos: cuando se fueron de viaje de novios, su boda, cuando salían al campo los domingos. -Toma. Por fin, le regaló el ramo de gardenias que tanto le gustaban. - Entra, te estaba esperando. Tengo la comida hecha. De pronto despertó en el coche. Aún no había a la puerta de ella con su ramoy sus regalos, le entró miedo y se dio cuenta de que debía aprovechar el arrebato porque le faltaba valor. Tocó a la puerta. Le abrió, aceptó el ramo y los regalos y le dio un portazo sin mirarle a los ojos. No se atrevió a volver a tocar a la puerta para que le devlviera sus regalos y su ramo. Él había hecho lo que hace una persona honrada, había cumplido con su deber. Se volvió hacia su casa, como un San Francisco de Asís orgulloso, sin esperar nada de nadie.

lunes, 21 de agosto de 2023

Vivir vivir, viajar, bailar, reír.

Poeta pobre sin lectores filósofa de cada recodo. En la hueca luz del agua para pescar en el fondo. Jirafas ardiendo en la sombra ahogadas en un charco, ¿qué más quieres? ¿ayuda? ¡ja! me tienes harto. El olvido que seré La belleza que fui, Sin remordimiento aún quiero vivir... ¿Hay compasión en el infierno al no amado en las derrotas? bailar con las piernas rotas porque ya no queda tiempo.

sábado, 19 de agosto de 2023

El soplo en el corazón.

Como todos los domingos José Dalí se sentaba en un banco del parque mirando hacia la ventana de aquel tercer piso, donde había muerto hacía dos meses la mujer de su vida. Se separaron hacía tres años, porque ella se excusó en que quería cuidar de su padre desvalido con inicio de demencia senil e irse a vivir con él. A pesar de sus numerosas infidelidades la aceptaba,no porque la amara sino por mi ambición de llegar a ser un pintor reconocido. Era la consagración o ser despreciado,olvidado y acabar en un psiquiátrico fumando anónimo, sin esperanza. Ya me vengaría de otros, haría constantes entrevistas, con el dinero firmaría cientos y cientos de cuadros que mandaría a pintar a otros con mis imagiones más extravagantes para conseguir ser eterno. Conseguir plasmar la obra que no tenía fuerzas de dibujar ¿quién podría cumplir este delirio de forma tan sensata? Después de 12 años de relación, nadie de su familia: ni sus hermanas, ni tíos, ni nadie le había informado de su muerte, ni de su funeral. De alguna manera había hecho conatos para iniciar otras relaciones pero a cierta edad las personas se vuelven más egoístas, aguantan menos, están más enfadadas con la vida, tienen hijos y familia propia que son su prioridad absoluta. Entonces se quedaba en aquellaterraza durante horascon un hipercubo de rubik. Lo deshacía un poco,y volvía aintentar rearmarlo pero ya no podía, confundía los colores que con una intensa angustia creía que había conseguido uniformar hasta que mirando profundamente elhipercubo se daba cuenta de que no. Así una y otra vez hasta el infinito. Así se torturaba todos los domingos. Por tanto, aquella relación había sido la más romántica y noble, pero ni hubo explicaciones sólidas de la ruptura, ni hubo explicaciones de qué murió, ni en dónde estaba enterrada. De pronto, apareció una perrita callejera en un alto estado de embarazo. Se le acercó supongo que esperando algo de comida, tenía el pelo bastante despelusado,le costaba caminar y estaba deseando una caricia. Estaba en la terraza enfrente del Macro Fit. Tenía como dos millos en cada ojo y su efigie bella no era nada heroica. Parecía un franciscano peregrinando. Con desesperanza y rencor miraba como un niño llevaba dando balonazos durante cinco minutos contra la pared de la terraza al lado suyo, pero no se atrevía a gritarle para corregirle. Algún amigo en común puso como excusa primero una recurrencia del covid y otros que fue un funeral privado. Buscaba explicaciones de tanta ruindad, y aunque tenía alguna, no quería saber más. Mientras acariciaba a una bella perra preñada abandonada, callejera, bastante sucia, se sonreían. "Pequeña mía, ya tienes dueño y me vas a hacer padre a mi edad". Y le daba la miga de pan de su bocadillo de jamón en la terraza como si fuera una misa en la cárcel de intelectuales represaliados, entre dos santos que nadie eleva hacia el cielo pero que elevados siguen de rodillas. En los pueblos suele uno encontrarse con perros callejeros a los que se ignora pero no en la capital. Compartir el dolor ajeno ya resulta algo incomprensible, vemos solo a través de las pantallas de móviles. A veces se encontraba con familiares de ella que cruzaban la acera y le negaban el saludo no se sabe por qué. Le dolía pero conservaba la alegría de vivir. "Hay que ser feliz, tengo que hacer un viaje e ir más a la playa" se decía. Bueno, cariño, tú estás dos semanas vas a hotel canino para que te limpien, mientras me voy a la agencia de viajes para irme lejos. ¿Te gustaría un imán de Nueva York,Sucia, para la perrera? .

viernes, 11 de agosto de 2023

COMO AMA UN ÁNGEL.

Soy el ángel que retuerce que a veces me aparezco, para que tengas fe y dudes si fue un sueño. Permite que se hunda uno en el otro, noche, para que el uno al otro contorne. Yo que pedí mil veces perdón sin culpa. Pude volar en los muertos que quedaron sin tumba. No tengo que estar de acuerdo con la airada luz que pienso. Es fácil hablar cuando picas la piedra a la flor, queda el recuerdo si muere si en su gas queda el amor. Esa ansia de abandono de la sal que no seca las cicatrices, del mar insaciable que envenena. El dolor -nada injusto- de remorderse sin quejío, de quemarse pa dolerse por dañar a quien te quiso. Sube como la bruma que ni el cielo imagina, que el fuego destruya para elevarse de rodillas. ¿Te ahogas en el fuego te hipnotiza deshacerse en el fuego de la nada? ¿Quién va a atreverse? ¿Eres un vago y un parásito? ¿qué quieres?¿de qué va esto? vi el alba hueco sobre el mar y las mansiones. No es bello.

UNA OLA DE CALOR DEMONIACA.

"La crítica es algo sublime, es solo algo digno de payasos de mierda". Mientras bailaba en la verbena, los veía felices comiendo junto a un cubo de rubick que parecía no entender si estaba ordenado o no, en una Terraza de San Mateo. No me imaginaba el terrible infierno que había detrás. Kino tenía 21 años y ella Lou 35. Cuando vi el muñequito demoniaco búlgaro en la mesa pensé que sería para hacer vudú y romper una relación con tanta diferencia. Después del incidente nos enteramos que él trabajaba para el servicio de Limpieza del Ayuntamiento y vendía libros para hacer collares, caracolas y artesanía. Parece que ella que cuidaba de su madre se había quedado embarazada. Como el novio no quería al niño, iba a abortar. Entonces se refugió en Kino: se fue a vivir con la madre de él para que su madre, extremadamente católica, no se enterara. Obviamente, Kino quería enamorarla y solo él le decía a todo el mundo que ella era su novia, su primera novia, su primera vez. Tras un aborto sin problemas, ella empezó a criticarlo: le faltaba constantemente al respeto en privado y después en público. No se sabe, pero parece que un día Kino vio que le había puesto los cuernos con su anterior novio. Entonces tomó la decisión. Primero encendió el gas de su casa, después intentó cortarse las venas. Tras esto encendió una cerilla. Explotó su casa, con su madre dentro, y algunos cascotes cayeron a la azotea de la casa de mi mujer. Es un desprendimiento de la montaña. Por poco nos rompe el techo -pensé. Su madre desquiciada salió ilesa. Intentó ambiguamente defender a su hijo diciendo que pasaba una depresión. Cuando Lou se enteró primero no quiso salir de casa, no se sabe si por vergüenza o por miedo a alguna represalia. Después se fue de viaje. Mi mujer que le echaba la culpa a él, solo lo perdonaba porque nosotros teníamos Seguro del Hogar que denunciaría por los desperfectos. Yo lo veía como un inmaduro irresponsable que quería vengarse del mundo, pero le echaba la culpa a Sheila por tratar como un pelele a un poetastro poco sociable que se había gastado una fortuna en enamorarla. Incluso quería darle una paliza en cuanto saliera de la UCI. Después con un argumento sutil me dijeron que podían caerme 3 años de cárcel. Vi que lo mejor era darle otra oportunidad. Se notaba que era una familia con problemas. En cuanto salió de la UCI se fueron del pueblo. Parece que Kino y Lou volvieron a juntarse pero lejos. Me preguntaba cómo la gente sabía tanto de ellos si apenas se relacionaban. El domingo siguiente volvimos a salir a la verbena. Ya no se les veía. ¿Qué habrá sido de ellos? me preguntaba entre el rencor, la duda y la nada.

lunes, 7 de agosto de 2023

Hay golpes tan duros en la vida, que no sé...

No te mueres no te mueres brillo sobre el agua verde. Hilos de sangre al verde un grito l muerte de nadie, quiero saber de tu sangre arranquen la simiente. ¿Qué se puede perder cuando se destruyeron bajo tus hombros todos los edificios de tu país y vives entre los escombros? Te odio te quiero no sé qué decirte, chirriarte morderte sin herirte... Es la hora es la hora y ahora que nunca nos conoceremos has de irte. ¿Viste la noche, viste? Una patada que te quita el sentido es la muerte. Que te arraquen al ángel que no quede simiente.

jueves, 3 de agosto de 2023

Un tigre rabioso en la red.

Hacía poco que el viento había despojado a los árboles de la insoportable capa de polvo que los cubría. En aquellos días todo el mundo hablaba de un crimen terrible en la zona. Vittorio estaba muerto para el mundo y tras hacer dos bromas macabras, se calló. Vittorio no se entusiasmaba taciturno con estas tonterías. Mi vecino Vittorio el quiosquero me miraba con curiosidad,evitándome y a veces con rencor, mientras su gato con manchas rojas merodeaba. Su "librería" era de lo más absurda, un alquiler de una tienda de renta antigua, ahora en Agosto donde debía vender libros de texto para los niños, él se dedicaba a vender y sobre todo a leer revistas de colores de los ochenta y libros incunables que nadie entendía. Parecía como un adolescente retardado que desde joven había querido ser escritor y aunque nunca publicó su libro siguió creciendo, encerrado en su tienda, leyendo lo que caía en sus manos. Este hombre se pasó toda su edad adulta en su librería de viejo rodeado de libros. En el verano cuando me eché novia lo veía después de venir de la playa. Lo veía solo con simpatía y con pena. Siempre solo en su mundo. Una vez me dijo que 2 más 2 no son 4, sino que 2 más 2 solo pueden ser 2 más 2. Que la literatura solo era literatura, no una especie de hipercubo que nos obligaba a vivir tramas que no siempre entendíamos porque solo dependíamos de nosotros mismos. A veces me daba un profundo asco porque seguía siendo esclavo de un delirio juvenil de ser un santo inútil de la literatura ¿para qué servía todo aquello? Yo en aquellos días me había reencontrado con Lidia que estaba llena de secretos. El único que me importaba es que hacía un par de meses había fallecido su madre a la que cuidaba desde hacía 5 años. 5 años sacrificados. No estaba triste pero sí cambiada físicamente. Quería vivir a lo bestia. Así todos los días teníamos planes. Por la tarde noche volvíamos a casa y yo ignoraba a Vittorio porque entre los dos se había creado una complicidad entre solterones que yo quería romper. De hecho, una vez me dijo que Lidia no me convenía, supongo que por envidia. Por las mañanas, cuando estaba solo, hojeaba sus libros, y un día compré por 20 euros una edición de las Obras Completas de Homero en papel japonés de los años 50.Era una joya y logré venderlo en Internet por xxx euros. Una tarde en que estaba me atreví a iniciar una conversación con él. Según me confesó había heredado una casona destartalada enorme en el pueblo pero era un solterón que quería en la ciudad. Nunca le interesó el dinero, vendió su propiedad como pudo y se quedó con el alquiler de ésta. Lo único que amaba era su biblioteca de revistas amontonadas y de libros de aquí y de allá. Consiguió el permiso para abrir una librería y se contrató a sí mismo sin importarle mucho si el negocio era viable. Hoy su rostro renegrido y arrugado marca su personalidad suspicaz que siempre cuando le quedaba voz llevaba la contraria y quería tener razón. Sigue leyendo recostado, sentado en la puerta de la calle dando a la acera, con ese olor a chabolas de barriada propia de los libros viejos amontonados. Un día simplemente me dijo que le había inspirado, que quería dar una vuelta al mundo de mochilero y cumplir el sueño de su juventud. Por fin, él también había decidido vivir. Me pidió que publicara la Obra Maestra de su vida. Le escribí un whatsup aunque apenas sabía manejarlo: "Hay gente como las nubes que elevan a los qUE les rodean como aL REFLEJO de la luz, y hay gente que tapan la luz y los hunden. Piensan que pasan desapercibidas pero no es así. Gracias por ser de las del primer TIPO". Yo y Lidia le regalamos una tarta por su cumpleaños y un regalo caro sin confesarle de donde saqué el dinero. Mientras estábamos comiendo tocó en el telefonillo muy fuertemente. Vittorio se quedó blanco, algo terrible estaba pasando de lo que no nos enterábamos. Cuando abrió la puerta estaban allí dos policías, lo empujaron de un golpe contra la pared y lo acusaron del crimen de su patrona. Ahora era yo el que lo observaba mientras se lo llevaban. Cuando abrí sus libretas solo encontré fragmentos inconexos escritos a lápiz, con faltas y hablando amores frustrados del pasado.