Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

jueves, 2 de febrero de 2023

Liquidando cuentas.

Liquidando cuentas. Hoy toca cosas que encuentras en casa: un libro para descubrir cosas, unas flores secas, una manzana y un cuchillo canario. Cuando acabó EL VÉRTIGO de la pelea tenía las manos ensangrentadas y su vecino tenía la cabeza partida llena de golpes y sangre. Rayco Bukowski nunca entendió por qué su vecino había estado durante meses haciéndole la vida imposible, por qué le forzó a una pelea, cómo acabó reventándole la cara a un desconocido con el que no tenía apenas trato. Yo le conocí años después en uno de esos ventanales de la Facultad de Derecho, leyendo el código mercantil y un libro para descubrir cosas. Me gustaba porque era el único que no era un ególatra discriminador y tenía 45 años por lo que estábamos fuera de lugar. Lo vi en la puerta de un despacho apretando un cuchillo canario dentro de su puño como esperando derramar sangre sobre unas flores secas que había en el ventanal. Esperaba un examen oral importante final de la última asignatura de la carrera. Me reí pero sin asombrarme mientras me sentaba a su lado aplastando una manzana para comérmela. Una tarde mientras el ruido de la serrería arreciaba tras tres años de amistad me contó la verdad. Lo encerraron en comisaría con solo 19 añitos. Allí se enteró del estúpido malentendido que motivó del odio furibundo de su vecino. Aquella noche rezó para que no se muriera la persona que más había odiado los tres últimos años porque si no, su condena superaría los 2 años y seguro iría a prisión. Su vecino se curó, consiguió llevar 6 testigos que hablaron bien de él y era un muchacho tranquilo de 19 años que empezaba su carrera de Empresariales. Todo estaba a su favor,pero le condenaron a 26 meses de cárcel. Se derrumbó. La prisión fue un infierno indescriptible para él. Cada día cada día cada día pensaba que llegaría un indulto porque su condena era desproporcionada,injusta con atenuantes que no se tuvieron en cuenta. La culpa había sido de un abogado novato. Al final por un error de cálculo pasó un mes y medio más de condena de lo que le respondía. Un Juez de revisión le decretó una orden de alejamiento del vecino, pero él le respondió con odio que no tenía más casa que la suya. Que no dormiría en la calle. Volvió a su calle, a su barrio donde todo el mundo le negaba el saludo, cruzaban la acera y hacían lo posible por evitarlo. Volvió a la Facultad, donde se propagó su historia. -Adexe nunca te escondas de nadie, ni ocultes nada, ya no tenemos edad -me respondió dándome un consejo frente a un problema que le conté. El profesor era Arcadio Díaz Tejera de Derecho Administrativo II. Debió ser por el año 2006. Estaba en sexta convocatoria o lo echaban de la Facultad o aprobaba. - ¡Acompáñeme a la parada! Los dos hombres erguidos salieron a la llanura recubierta de polvo lunar. El examen constaba de 4 preguntas. Uno lo elegía el propio alumno, por lo que se elegía la pregunta más difícil y te garantizabas 2 puntos y medio. Todas las preguntas deberían ser contestadas aceptablemente. Rayco había tardado 8 largos años en llegar a aquel punto. Sintió que la segunda pregunta la había contestado aceptablemente. La tercera pregunta no se la esperaba, pero empezó a inventarse de temas parecidos, Arcadio sonreía y le repreguntaba para centrar el foco. La guagua se hacía eterna. Si suspendía lo expulsarían de la Facultad y no podría aspirar a una profesión cualificada... - ¿USTED ESPERA TAMBIÉN LA 25 o se va en coche? - Espero la 25 mintió. No quería que acabase el examen tan temprano,tan nefasto, le parecía que el examen había durado poco que no había dado lo mejor de sí. Era una pesadilla darse cuenta que todo estaba saliendo mal,penosamente. De pronto, llegó la guagua, pero Arcadio no se atrevía a terminar el examen. -¿Para usted que es la Justicia? Rayco se quedó pensando ante una pregunta tan fuera de contexto. - No solo animar al débil a que se levante,sino sostenerlo un poco hasta que pueda luchar por sí mismo,pero es inútil esperar. ¿Me puede decir la nota ahora mismo? Se lo agradecería. La guagua iba desde el Campus hasta la ciudad separados a unos 10 minutos. De camino se podía ver una prisión con paredes grises en la que no estuvo. Llegaron a la primera parada ya en la ciudad. - Ha sacado un 5. Se bajó de la guagua sin felicitarlo, solemne pero campechano y con sobrepeso. Rayco sintió aquella sentencia como una exoneración. Hizo todo el trayecto del autoobús. Se bajó y corrió histérico a la playa a bautizarse de noche zambulléndose en el agua fría. Por fin, por fin era libre y tenía un futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario