Cuando entre tus pechos el mundo deshojado
profanado el deseo huela arena de tu desierto,
veré tu belleza sin los oasis del pasado
y el desfile orgulloso y raído ocultando muertos.
Con mi ojera veré tu belleza indiferente
en cómo escapar inútil de este infierno,
por construir en el agua contra corriente
aunque asqueado sé que es vano mi deseo.
Como un templo en la selva olvidado
al que roban las bestias y guardado
por una giganta por un niño tieso.
Y el río sucio que sueña la selva el limo
lo vuelve al deseo aunque sepa que es un timo
mientras de un manotazo apartas mi beso.
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