Siente gratitud cuando por fin consigues tu recompensa.

Siente gratitud cuando por fin consigues tu recompensa.

Incluso el que es feliz es desagradecido,
incluso el que ha sufrido inútilmente
y al que amargo le llega su recompensa
es un brote en la envidia reverdecido.

Cuando solo queda la arena para amar
da gracias por la arena.
No envidies aquella mano con pena
sino la arena que sólo tú puedes tocar.


Cuando te dan el tesoro inmerecido
uno se queja de lo que pudo ser,
nos sonreímos de cuanto es inevitable
volvemos anónimos manos a la obra.

No seas de los que cuando reciben su sueldo
miran alrededor para sentir envidia.

Nunca agradecemos la luz del sol que tenemos,
nos agota rápido el placer,
la orilla pudra tu pena
que la madera del naufragio,
cante a los muertos
para forjar un nuevo barco.