El mago rockero.

De niño teníamos que hacer una obra de teatro fingiendo ser dos adultos que se reencuentran tras años sin verse y recuerdan los felices años de la infancia el día del patrón del colegio Salesiano. El día de fiesta venía un rockero a cantarnos y los niños íbamos a gritarle y reírnos. Era esquizofrénico y no se relacionaba con nadie. Su única forma de relacionarse era con sus conciertos y con espectáculos de magia. Era tan famoso que una vez le preguntaron si cuando se muere si aceptaría que le hicieran una estatua de bronce. Él respondió que el infierno no solo es la nostagia, sino el bronce imperecedero. Cuando fui a pedirle un autógrafo, le dije que iba a dejar la obra de teatro. - No lo hagas, esa obra te llenará de recuerdos. Después de aquel concierto le dió un infarto y murió. Como en el patio del colegio estaba en obras y se deseo fue ser enterrado allí, lo enterraron allí con los gritos de entusiasmo del recreo de los niños en sus mejores conciertos. Al final a pesar de las peleas hice la obra, abrazado a una guitarra. Tras el aplauso salí al patio y vi las huellas de sus manos en el suelo. Habían hecho dos manos agarrotadas en el suelo que usaban de poste para una portería. Le di la mano y me fui a jugar. Nos habían metido un gol y había que remontar. Es cierto el infierno no solo es la nostalgia, sino elbronce imperecedero. Entonces de niño no lo entendía, pero había que seguir viviendo.