Arthur Rimbaud y Paul Verlaine: asqueante psicología de una pasión.

Odiosa novata la piel llueve en ácido mi pecho, ¿tras sufrir que habré hecho para amar a este perro fiel? hago lo que quiero con él su deseo me asquea deshecho. Le contrarío tan pertrecho en cada bar con chantajes que al placer pongo peajes como al esclavo doy derecho. Le insulto en su redondez pedrada de una corona, ni replica ni se asombra a lo que le grito otra vez. Perro lame ansioso su hez fastidia darle las sobras en que se halla tan contento. Amargado en el intento dejó a su mujer en horas buscando un medicamento. El Niño en humo del nido su esclavitud negocia ido, le engaña el brillo en la virtud del padre EN EL AGUA huido, militar de asco vendido. La pirámide en mentira harto rechina tu pipa sueña harto el desierto. ¿Por qué no estaré muerto pa que sufra su desidia?* (para que sufra con ira)*. ¿Dónde sacó tu cabeza por primera vez el tajo, brilla* tu mano en trabajo hasta al reflejo del agua? ¿qué cuchilla con limpieza corta tu cabeza sin magua? ¿Qué secreto guarda el odio la selva de óxido solo? Rabia escribes en la fragua y brasas culpables loco. *turba. Desesperado por tener suerte solo te paga la muerte. Ya no crecen lechugas en el desierto de frente, ni ser joven te da arrugas. El fraude de la poesía lo trapichea en las esquinas si le recuerdan su gloria. "En la absenta no hay historia que sirva de medicina".