Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

miércoles, 3 de junio de 2015


Juan Negrín no piensa en quienes murieron
gritando su nombre
sino en las acusaciones de robo. 

Por debajo del puente de la Junquera
cada uno tiembla su guerra
y no pasa nadie
tan solo el polvo
que lleva el aire.

Cuántas victorias perdidas
por no respetarse a uno mismo
el recuerdo se niega a falsear
en estos aviones desvalidos.
La lluvia fría de la mirada
que ve el reflejo de los recuerdos.
Deja que baile el cuello
en la orilla para siempre olvidada.

Tuya es la noble causa
que cambiarías por una traición infame
tuyo el bosque al que robaron
las bombas del cuco que no hay quien ame.

Los aviones del recuerdo de Gando
me recuerda el trabajo duro
de una procesión de solitarios
a su pensión tras un largo día encapotado.

Aterrizan como quien ficha en el trabajo
como un ángel que bautiza un bastardo
con nombres profundos de aire
antes de abandonarlo en el orfanato.

Y el carácter débil
quiere engañar al tino,
pero otro golpe vendrá 
ama no te queda destino. 
No creencia en qué esconderse
ni esperes apoyo del amigo
para que tus sueños se apropien
proezas como hace el peregrino.

Lo que no admite el orgullo
¿en qué esquina te vigila?
como si el conocimiento fuera la venganza
de los golpes que huías.

Nunca hay remedio
no te hundas en la ceniza,
acaricia los cuerpos
acuchilla las risas
haz flexiones en los besos.

El mar tiene todos los recuerdos
de cuando bailaste de niño
sin querer sobre la tumba de Franco
olvídame era solo un crío,
¡no fuí yo, no digas tonterías!
Nunca hay remedio
no te hundas en la ceniza,
acaricia los cuerpos
acuchilla las risas
haz flexiones en los besos.

Ver el mar mellado 
de los edificios que crecen.
El mar,no el mar pensado
sino el atrio del César
traicionando a los peces.

El mar de los buitres que suben
y bendicen del aeropuerto
con su signo de dinero en las ubres.

Con un no,no nos hemos muerto
no se olvidaron de nos las nubes.

Gira el motor las papeleras
de las cascadas que enebras
de recuerdos trillados.
Es todo adulto las piedras
la costa no los soles olvidados.

Este mar que apenas vivo
lejos de los gritos que viví
la indolencia de la sombra sin tino
como un pellejo dormido
arrastra golpea sin apenas sentir.

Como gritos sin réplica
 los aviones despegan
¿qué consuelo habrá
para tu noche eterna?

Huías de las mujeres y los amigos
huías del dolor que temías,
si sirviera dar patadas 
a la ceniza, cómo te mataría.






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