Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

jueves, 30 de octubre de 2025

Ajedrez de los recuerdos del pasado.

Mientras estudiaba para mi TFG sobre Borges. El ESPEJO es olvido es la victoria de un rostro que se aleja en el cristal. Amé tu voz, tu nombre, tu historial y ahora solo queda una vana gloria. El laberinto de las horas perdidas encierra un eco y un jardín borrado. Somos la sombra de un eco soñado, dos almas en las quejas detenidas. Mas la mañana vuelve con su empeño, el mismo rito, el mismo desencanto, y un tenue sol repite su presagio. En el tablero gris, el viejo dueño mueve sus fichas, sin temor ni llanto. Hay que seguir, viendo que es un naufragio.

El soldado entusiasta que huye de la matanza.

Recuérdame por como te amé, el moribundo grita sin esperanza, sueña las olas en la noche aunque está vacía la playa. Como el grito de dolor que no grita, el fantasma de lo que no fue. Tu gesto de una esfinge que condena, qué fue de tu piel. Y te veo con el pequeño de tu mano, con el ansia de una rabieta infantil, y me desgarro entre vidrios rotos lo que pudo haber sido en mí. No volverán ni el silencio ni el desprecio que a tu paso derramó mi dolor, pero ya mi corazón, de su profundo sueño, no despertará, ni tendrá razón. Porque tú, que fuiste un sueño de mi vida, me odio como el polvo olvidado de lo que nada significa, soy el fantasma de un amor frustrado. Y así, mientras tu hijo juega y ríe, grito de lengua extraña de dolor, y mi verso, como un soldado que huye, de una victoria que ya no tiene honor.

El río que se desbordó.

El mundo era un monstruo con mil espaldas y mil gestos de indiferente y asco que escupían desprecio a los pies de . Así lo veía él, al menos. Cada día, la oficina, el metro, la calle, todo era un campo de batalla de miradas que juzgaban, risas que se escondían a sus espaldas y rechazos implícitos en cada gesto. Los demás no lo entendían; no veían su sensibilidad, su timidez, su miedo. En cambio, interpretaban su torpeza social como arrogancia, su silencio como desdén, su retraimiento como hostilidad. "Qué tipo tan desagradable", murmuraban. " Es un vago, un inútil, que se cree mejor que los demás". Y Anselmo cerraba el puño y giraba el rostro, escuchando los ecos de esos juicios, se convencía de que tenía que endurecerse, de que debía responder a la crueldad con una crueldad más grande, o al menos con una barrera impenetrable. La transformación no fue de un día para otro. Empezó con una postura más encorvada, con los hombros anchos y las manos que se cerraban en puños en los bolsillos. Su ceño, antes fruncido por la preocupación, se hizo permanente, como el de un gorila desafiante. Dejó de hablar, o al menos dejó de intentar que lo entendieran. Sus palabras se convirtieron en gruñidos, en monosílabos ásperos que hacían que la gente se alejara aún más. Anselmo no se daba cuenta, pero su reflejo ya no era el de un hombre frágil; era el de una bestia. Una mañana, se miró al espejo y el reflejo se lo devolvió en toda su grotesca gloria. Ya no había un Anselmo, solo un gorila con un traje de tweed demasiado ajustado. Los vellos le cubrían las manos, el rostro se le había ensanchado y su mirada era una mezcla de furia y profunda tristeza. El terror lo paralizó un instante, pero pronto lo reemplazó una extraña sensación de poder. Ahora, la gente sí se apartaba, pero ya no por su supuesta arrogancia, sino por un miedo primario, innegable. La crueldad que percibía en el mundo, ahora se la devolvía con creces, sin siquiera abrir la boca. Su transformación, que pensó era una defensa, era en realidad un arma. Se adentró en la selva urbana, su cuerpo de gorila moviéndose con una pesadez inusual entre el tráfico y los peatones. El miedo que inspiraba le trajo una breve y vacía satisfacción. Arremetía contra los coches que le pitaban, rompía los escaparates que le devolvían su monstruoso reflejo. Era un gorila salvaje en un mundo civilizado, y la gente le temía como se teme a lo incontrolable. Pero la furia, como toda emoción extrema, es agotadora. La brutalidad no le trajo la paz que esperaba, solo un cansancio insondable. Las miradas de miedo de la gente ya no le hacían sentir poderoso, sino solo. La soledad, que siempre había sido su compañera, se hizo aún más profunda, un abismo oscuro que lo consumía por completo. Se dio cuenta de que no había logrado nada, que la crueldad del mundo no había disminuido, solo había encontrado en él un nuevo eco. Se había convertido en lo que más detestaba. Encontró un zoológico en las afueras de la ciudad. El olor a tierra, a vegetación, a la piel de otros animales, le resultó extrañamente reconfortante. Escaló la valla, su cuerpo de gorila sorprendentemente ágil, y se adentró en el recinto de los primates. Los gorilas de verdad lo miraron con curiosidad al principio, luego con una aceptación silenciosa. Anselmo se acurrucó en un rincón, sintiendo por primera vez en mucho tiempo una extraña paz. Ya no era el hombre despreciado, ni la bestia que infundía miedo. Era, simplemente, un gorila entre gorilas, una malinterpretación que, por fin, había encontrado su lugar en el mundo. La soledad no desapareció por completo, pero ahora era una soledad compartida, una parte natural de la vida en la selva, incluso en una selva de cemento.

El Mesías frustrado del metro.

La odiaba, sentía nostalgia de echarle cosas en cara, de ser cómplice con Natalia,pero sin duda la quería. El hombre concreto, Nasrettin Hoca, había vivido siempre en una geografía de números y hechos, una calle de caras conocidas con la bruma de las metáforas. Su mundo era una tabla periódica, un plano de una ciudad, un inventario de existencias. Odiaba los verbos irregulares del alma de sus subalternos, la sintaxis ilógica de sus amigos, el caos de las emociones. Su mente era una biblioteca ordenada donde cada libro era una verdad única y sólida. Las páginas en blanco de los sueños le parecían una aberración, pero recordaba las hogueras de una playa a lo lejos. Una mañana, sin preámbulos oníricos ni la mediación de un espejo, el rigor de sus huesos se disolvió en una agilidad simiesca. Se vio las manos, ahora poderosas y peludas, y se reconoció en ellas. El hombre que se sabía a sí mismo como un teorema, ahora era un chimpancé, una bestia concreta pero sin la abstracción del lenguaje. La metamorfosis fue un castigo irónico del azar, que le dio el cuerpo de lo que él consideraba lo más básico e instintivo, sin permitirle escapar de su mente cartesiana. Su rabia se multiplicó, un laberinto de odio sin salida. Sus subordinados le parecían caricaturas de sí mismos, sus amigos, fantasmas de una vida que nunca había sido real. El primate en que se había convertido, habitado por la frustración de un alma geométrica, ya no podía soportar el peso de un universo sin lógica. Sabía que tenía que ir a su trabajo, que cumplir con su deber pero necesitaba huir, huir desesperadamente.Se arrepentía tanto de su pasado. Cansado, agotado, el chimpancé Nasrettin divisó una hoguera en un claro, una promesa ígnea de disolución y olvido. Se arrojó a las llamas, buscando el último acto de su existencia sin sentido. La madera crujió, las chispas volaron, pero el fuego no lo consumió. No sentía calor, pero sentía un odio que lo inundaba todo sobre él. Las llamas eran de cartón. Se dio cuenta de que no ardía porque aquella hoguera no era más que el sueño inamovible de otro hombre, un soñador que la había concebido con tal fervor que se había convertido en una realidad impalpable, un fuego que existía, pero no quemaba, una paradoja metafísica. Nasrettin Hoca, el hombre que odiaba la incertidumbre, había sido atrapado por la ficción de un desconocido. El chimpancé permaneció allí, sin arder, en el centro de una hoguera de sueños, porque él había sido el sueño convencido de un hombre, de una mujer, de un misterio. Cuando despertó seguía allí en el hospital, después de haberse caído en los raíles del tren.

viernes, 24 de octubre de 2025

¿Qué es la literatura? ¿Aún no la conoces?

Literatura es un bebé al que le quitas el traje y estira los brazos y empieza a dar patadas mientras sonríe, porque no puede evitarlo porque si no revienta, y el hombre que crea miles de robots y de inteligencia artificial que van a destruirlo porque si no revienta, porque no puede evitarlo. Ve a un rascacielos o una montaña e intenta tocar por encima la piedra donde están los jerogríficos escritos por un escriba con un mazo sobre la piedra en una completa soledad antes de morir enterrado en arena con el faraón, en una lengua medio secreta que solo conocían otros escribas cultos que habían estudiado para intentar entenderle a través del tiempo. Explicar el abuso del gobernante,como le mandaban a callar, cómo se sentía agotado para defenderse y se tenía necesidad de expresarse sin que se rieran de él, o le mandaran a callar o lo humillaran cambiando de argumentos. O el tripulante del submarino postsoviético escribiendo en sus ratos libres para dejar constancia de lo que estaba viviendo dentro del submarino antes de que un absurdo accidente le hiciera sentir impotente y se hundiera el submarino. Toca la piedra, sal a la calle frente al sol, con la gente que camina rápido por la calle,o la cruza sin mirar bien, como hablan atropelladamente, cómo sientes el sol por las venas. Eso, es, literatura.

lunes, 20 de octubre de 2025

La foto de los dos bebés.

La vida está llena de historias extraordinarias. Cuando vi cómo él miraba la foto con los dos bebés lo descubrí todo, aunque era tan orgulloso y egoísta que nunca reconocería su culpa ni me pediría perdón. Quiso prestarme su casa por tiempo indefinido al lado de la suya, sin aparente motivo, pero después descubrí que tenía cáncer,que no le debía quedar mucho, quería a alguien optimista y sensato que supiera de medicina. Al principio le dije que no, pero después acepté. Yo estudié con su hija El3na en la Uni, era hermosísima y estuve enamorado de ella. Un día se acercó a mí diciendo que había conocido a alguien por Internet y que venía a mí para que lo detuviera porque ir allí era una auténtica locura, porque en Senegal hay muchas estafas y era un país peligroso. "- Tú vienes a mí para llevarme la contraria, lo mejor es que vayas, si no te arrepentirás toda tu vida, no estudias, no trabajas, no te centras. Vete. Intenta que no te estafé y que no sea una trama de prostitución o alguna historia rara. Pero vete, no hoy ni mañana, pero dentro de unos cuantos años te arrepentirás y me odiarás y no quiero eso. Cumple tu sueño. Lo hizo, y lo más increíble es que salió bien. El muchacho se llamaba Uri, y en aquella relación la que parecía enamorada de verdad fue ella, no él. Después se fueron a vivir a Melbourne. Pero ahora él que guardaba rencor era yo,al padre de ella que siempre nos había despreciado, le había inculcado su amor de voluntario por el África Subsahariana y ahora que se estaba muriendo de alguna manera me pedía ayuda, sin decirlo. Dos años después viendo FACEBOOK, vi a El3na gordísima con un bebé negro en una mochila, ya no quedaba casinada de la bella El3na y estaba divorciada. Por un lado, sentía rencor hacia aquel padre cabrón y egoísta, pero no podía dejarlo abandonado, estaba deseando que se acabara todo de una vez, porque no me atrevía a echarle en cara nada, ni abandonarlo. Un día le enseñó la foto como echándoselo en cara, me comentó que lo sabía. Al día siguiente apareció muerto en su cama con la foto apretada en su mano. Organicé su funeral, al que no fue nadie salvo un grupo de escritores aficionados, ni siquiera su hija a la que avisé. Todos ellos habían vivido como escritores, se habían sacrificado, habían sufrido inútilmente lo indecible, pero nunca habían publicado un puto libro. La foto que puse en su funeral fue la foto de su nieto saludando a otro bebé. Ordené la incineración y ofrecí sus novelas y relatos a los editores allí presentes como nadie los quiso los tiré a la basura. Yo también sé hacer bromas -me dije. Y me fui sin mirar atrás.

lunes, 13 de octubre de 2025

El caballo ambigüo.

Tras la guerra se creo una dictadura y ésta hizo un concurso: que el niño de cada familia reconozca por la pata a su caballo tras una tabla de madera. Diferentes niños hambrientos se pusieron de acuerdo para que fuera cualquiera el caballo elegido admitirían que era el suyo. Damián con el dinero volvió feliz a casa, y se dio cuenta que había otros niños que perdían a posta para deshacerse de su caballo enfermo. El padre al enterarse de noche a escondidas intentó matarlo. Pensó: mañana tendré que juzgarme, soy el verdugo, o voy a la cárcel o me condenarán para dejar de ser verdugo. Pero en cuanto apareció su hijo aflojó su cuello. De pronto, un policía llamó a la puerta. Al abrirles informaron que un chivato había delatado del fraude al Estado y que la pena era de condena de muerte. Sin embargo, el caballo se agitó y les dijo: yo siempre he pertenecido a esta familia. Desde entonces el caballo se convirtió en un cómplice más.

martes, 7 de octubre de 2025

LA HIJA DEL PADRE.

En el año XXX Fiodor escribía una carta a su hija recién nacida en un submarino nuclear destartalado Kursk que seguía de maniobras. En la Rusia postsoviética no había dinero para renovar submarinos y jubilarlo y quedarse sin ese submarino era una afrenta nacional. El submarino fallaba para seleccionar emerger y sumergir, y mientras tanto Fiodor le escribía en su estrecho camarote, con jaqueca y un calor insoportable, que todos los esfuerzos que él hacía era para dejarle un mundo mejor. Al final, en una maniobra menor hubo un pequeño accidente y el submarino se hundió. Tardaron semanas en reflotarlo sin supervivientes y encontraron aquel manuscrito. Al acto homenaje militar años después fueron los familiares que pudieron pagarse el transporte. Allí Anna con unas maletas vio como un perro callejero la seguía. Anna miró a su madre que negó con la cabeza y a un amigo travieso de la familia. "Tú te llamarás Kursk, pero no puedes venir con nosotros. Lo siento no puede ser." Entonces el amigo adolescente gamberrete quise meterle un petardo en el bolso que llevaba la madre, pero cuando lo abrió vio que había una caja de medicamentos, de antidepresivos y que tenía aquella carta del padre. Y no se atrevió. "Tienes razón se llamará Kursk. Y tranquilo, que sí vendrás con nosotros, con mi familia, para librarte del invierno en las calles". -"Tienes que estar orgullosa han hecho todo este homenaje por un solo hombre". Y les hizo una foto, mientras cogía sus maletas con clavos y a su perro. Al día siguiente dejó abandonado al perro a sus espaldas. Murió aquel invierno pero no lo supo. Había muchos secretos y era muy joven para descubrirlos.