Literatura/ lengua,cine, música y arte.
Alicia atraída por la madriguera

martes, 2 de septiembre de 2025
Una mujer a la que le interesas, no juega contigo.
La abuela lo recordaba entre su amnesia...
Incluso después de la guerra siguió habiendo mucho odio y alguien de su familia, del partido, iba todas las semanas a la casa de aquel represaliado a practicarle alguna humillación como obligarle a tomarse media botella de aceite de ricino, aunque era caro, y ver en directo como se le deshacía el estómago. Era como un científico midiendo células en el microscopio. "Nunca he conocido en la actualidad a nadie que se considere culpable de sus actos y las consecuencias de sus actos" -pensaba.
Años después, la familia represora se fue de la ciudad y volvió para su jubilación. Pero su vecino, era el nieto de aquella familia y ella no sabía si habrían alimentado el rencor de aquella época que todos querían olvidar en sus descendientes. Cuando se encontraban en el portal del edificio no se saludaban, se miraban con odio como escondiendo su miedo mutuo y sus ganas de vengarse.
Hasta que un día cuando coincidieron con el mismo abrigo en el portal se sonrieron con el ceño muy fruncido.
- Tienes buen gusto vistiendo le dijo la abuela. Y el chico le sonrió y se pusieron a hablar. El chico acababa de entrar en la Universidad, y no sabía nada de los estudios, ni de los trabajos, ni de realcionarse con sus compañeras. Ella excepcionalmente quiso ayudarle en todo. No solo porque se sintiera sola, ni porque se sintiera mayor y quisiera estar con alguien joven, sino porque de verdad quería que aquel joven la recordara con admiración y cariño, con el mismo cariño que con el odio de que sus abuelos recordarían a su padre.
Era un joven patológicamente tímido y sufrido, sin duda entre sus familiares habían acabado habiendo enfermos mentales graves. El chico le hacía confesión de sus torpes escarceos amorosos.
-He conocido a gente excepcional que serán olvidados y referenciados como subnormales. Hijo,créeme, sigue tus sueños y comete locuras que te den un gran placer. Pero recuerda siempre, que una mujer que te ama, no juega contigo.
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