Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

lunes, 25 de agosto de 2025

Cita a ciegas con la muerte en Maspalomas.

Fue terrible, de verdad que fue terrible. No me gusta estar en contacto con niños porque han salido algunos escándalos de pederastia por la tele. Sin embargo, el padre me la dejó y me caía muy bien: era el típico ex borracho ruso al que le gustaba despilfarrar el dinero con los conocidos. La semana pasada se había desplomado en su bungalow vecino al mío. Cuando me di cuenta, llamé primero a la policía y después a la ambulancia. Estoy seguro que intentó suicidarse, pero mentí a la policía y le dije que era el típico accidente doméstico. Después me arrepentí gravemente de mi acción, me pidieron explicaciones y no supe responder de por qué no había ayudado antes al vecino. Me tuve que quedar con su perro y con su hija. Era una niña burgerking atormentada que no quería enterarse de nada y yo era un solitario tristón que no se movía del sofá. Pero teníamos algo en común: nos gustaba pasear y las Dunas de Maspalomas: yo porque tenía recuerdos y a ella porque le parecía un laberinto misterioso. Yesi era una niña de catroce años demasiado atrevida con la bicicleta, de hecho le prohibí que fuera por la carretera con los coches. Me inventé el cuento de que los que entraban por la noche en las Dunas era porque huían de su destino, al entrar en el desierto se encontraban con la muerte y desaparecían para siempre. Me miró con suspicacia, sabía que le estaba mintiendo, pero conseguí crearle miedo. -Mi padre venía a entrenar aquí por las tardes hasta la noche, traía una especie de espantapájaros. A mí cuando la gente tiene un sueño loco yo le animo a que lo cumpla, pero este caso era distinto. Si yo llevaba a la niña a las Dunas de día, ella era una niña atrevida, salvaje y podría escaparse de noche "para buscar a su padre ausente", así que dábamos un rodeo para evitar la tentación del desierto."Los que que huyen de los vaticinios de la muerte, vienen a las Dunas y ya nunca salen de allí. La niña me miró suspicaz sabiendo que le mentía pero le había conseguido asustar. Por el atardecer cuando se hacía de noche, la llamé en el bungalow. Me di cuenta que se había fugado con el perro y la bicicleta. Sabía que había ido a las Dunas. Por poco me cago en su puto padre. Fui asustado dando vueltas por la Charca, por las dunas, y yo iba con el móvil para llamar a la policía y que declarara su fuga. Preguntaba a los turistas en un inglés precario y aunque me decían que no, les enseñaba su imagen. Ya estaba aterrado volviendo al bungalow, acusándome de imprudente por no haberla vigilado más, cuando me la encuentro sentada en el suelo a la puerta del bungalow con su perrito mirando al vacío. -Vi un letrero que prohibía la entrada al perro. Se me apareció la Muerte y me dijo que si entraba no salía. Así que volví para protegerme. Y puso una cara pícara, muy asustada, desorientada de no enterarse de nada. Entonces me vi de nuevo en la entrada del Centro de los Bungalows, allí estaba la niña tirada en el suelo, con el craneo como una paloma aplastada, sangrando y sin respirar. Dudé en llamar a la policía para decirle que había sido una falsa alarma y esconder el cuerpo, corté la llamada y bloqueé el número. Esto no me volverá a pasar me dije, mientras abría la puerta del bungalow. Fui a la nevera y cogí todo el helado que había, necesitaba reponerme del disgusto. Cuando alguien la encuentre que la lleven al Hospital y a la Funeraria, no quiero verla. No quiero explicarle nada al padre. No quiero saber nada - pensé. Encendí la tele para ponerme las redes sociales y enterarme de los últimos casos de corrupción del gobierno.