Literatura/ lengua,cine, música y arte.
Alicia atraída por la madriguera
sábado, 23 de noviembre de 2024
Un ángel al que la muerte no tomó en serio.
Páramo se sintió solo, viejo y triste al no poder resover aquel cubo de rubik cuya solución se sabía de memoria. De pronto vió el laberinto del desierto en el brillo de las cristaleras de enfrente ¿No hay nadie en este desierto? ¿no podré hacer ningún amigo?
Salió al balcón de su segunda planta en calzoncillos, mientras veía a gente extraña que miraba al vacío con asco como mirando cerca de él pero fingiendo no verle.
Él se mantenía absorto con su comida de sobre precalentada y un cubo de rubick de colores. Le daba alegría y un mínimo de ganas de por fin poder comer, de ver a la gente pasear, hablar entre ella y a un niño de tirar de la ropa a una mujer. Alguien saludó hacia el cielo al vacío y él devolvió el saludo levantando el brao, pero no era para él. Se quedó el saludo en el vacío.
Un niño gritó " ¡papá, una figura como las de la catedral que entran y salen dando vueltas!" Y el padre respondió: "será un anuncio publicitario de esos de Halloween. Déjalo".
Y Antonio se sonrió. Tenía que salir a la calle. La vida seguía a su alrededor. Pero no podía él sabía que el cubo de rubick era un mapa de aquella calle. Se estaba angustiando de no poder resolverlo, lo movía para adelante y para atrás pero no podía. "Estoy solo, estoy increíblemente solo, nunca podré resolverlo". Empujaba la puerta pero no se abría. No se acordaba de donde había puesto la llave y eso que se había hecho tres copias. ¿Dónde etaban? ¿dónde estaban? No aguantaba más. Vio que el balcón no estaba tan lejos del suelo. Se subió ala barandilla por la desesperación y la falta de respuestas. ¿Sería aquello todo?¿Conseguiría por fin escapar de aquel infierno-laberinto sin muros? Y, de pronto, sin pensarlo, se tiró.
Te odio porque odiarte me hace menos daño.
Me voy.
Juan de la Cruz buscando a quién yo sé.
Te odio porque odiarte hace menos daño
de cómo me hablaste cometa ciego,
con odio para que seas libre al fuego
huyéndote y buscando un odio amaño.
De verte ansia, polvo que del fuego ya no huye
que sin nombre se escapa entre los dedos,
humo bendito que asfixia en los credos
las promesas falsas del que rehuye.
Como el mar que destruye la tubería
tus recuerdos me amargan con melancolía
aunque con ansia te eche de menos.
Baj a través de amo arena de humo muerte,
sé hacia donde me asfixio ¡fuego!¡suerte!
llamen ya al inútil de los serenos.
viernes, 8 de noviembre de 2024
Vías de escape.
¿Esto no iba a ser una fiesta? Nunca nadie me había invitado a una fiesta en mi juventud. Aunque sabía el drama oculto me lo tomé como una alegría, el festín con comida, como un desagravio a tantos sufrimientos, y era capaz de fingir para pasar un rato feliz, después cuando me enteraría del secreto, me pondría depresivo. Pero los cuchicheos eran cada vez más directos como para ignorarlos. ¿Es ésta mi fiesta de la felicidad que me ha compensado de tanto? ¿sentado atiborrándome de comida y con música de la radio? Me voy. Salto por la ventana y me voy en los autocares públicos. Yo me pondré mi propia música.
Aventurando tu sonrisa.
De camino a la estación, huyendo antes de que me acusaran y con miedo a no estar a la altura, miraba a los lados porque también todo me recordaba a ella. La recordaba con sobrepeso, con canas sin arreglarse para mí y me preguntaba si lo hacía porque pensaba de que no tenía posibilidades de encontrar a otra mujer aceptable. De alguna manera la odiaba. La puerta del tren de alta velocidad se abrió y no sé de donde empezó a salir humo. Yo sí me comportaba como debía y le llevaba un ramo de rosas violetas. Estaba lleno de militares con armas.
Iba con traje y corbata en el andén. La recordaba en aquellos momentos felices en que comíamos en el buffet del hotel. La vi tal como la recordaba en el mismo momento en que la guerra nos separó. La recordaba tal como se la describía a mi compañero en el frente... antes de una refriega menor en que murió. En aquellos momentos decidí desertar para verla porque me di cuenta de que a pesar de todo la amaba. Allí estaba la puerta abierta. Un par de militares me tocaron el hombro y me arrastraron. Como un quinceañero soñando, que no pudo ver su regalo.
sábado, 2 de noviembre de 2024
La riada y el déspota.
Nuevo reto: Soledad, recuerdos, encantado, olvidos.
¡Qué recuerdos! Después de la riada de 1957 hubo muchos muertos, Fernando Lecroy un pintor, apuñaló por la espalda al odiado Gobernador Civil. En medio de su soledad confesó con algunos olvidos que había vengado su Honor, porque su esposa le puso los cuernos con el Gobernador. Alguno estaba encantado porque lo veía como un libertador y otros como un mártir y aquella confesión les frustró.
Lo sentenciaron a morir a garrote vil. Le dejaron diez minutos antes con su esposa.-¿Por qué dijiste esa mentira? A mí me llenaste de deshonra. - Aunque pude quedar como un héroe, así solo me matarán a garrote vil y si hubiese dicho que maté a un tirano,la mayoría me admiraría en silencio pero me torturarían hasta morir. Quise hacer justicia nunca quise ser un héroe.
Un nuevo Abraham.
Aún tengo los recuerdos de que tras una de las riadas enormes, llegó Felipe con su hijo derribó a uno de los rateros que atracaban su local y le puso la rodilla en el pecho. Estaba encantado. El hombre con el gesto lleno de soledad y olvidos le escupió. - Si lo matas, podrás decir que fue por la riada -le dijo el hijo. Entonces se levantó y lo dejó. Sentía como cuando Abraham mandó a dar un hachazo a su hijo y sacrificarlo y en el últimomomento dijo "¡para!¡ya has demostrado tu lealtad por mí!
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