Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

viernes, 26 de diciembre de 2025

Navidad, bella Navidad.

Esos ritos de luces y de engaño, que mueren cuando enero al fin asoma, son ecos de una fe que ya no toma más que el barniz fugaz de un solo año. Se acaba el rito, cesa el falso daño, se apaga el brillo, el alma queda loma, y el amor que de veras nos asoma se aleja entre el tumulto y lo extraño. Cual niño en el pesebre, postergado, o infante en el umbral, solo y perdido, un desierto de ahulaga olvidado. Queda el afecto al frío, desvalido, como un bebé en la noche abandonado por un mundo que adora lo fingido.

La mafia de la Navidad.(Microrrelato).

"Para todos para los que están, para los que se les espera". Los dos hermanos estaban peleados, su madre estaba ingresada en el hospital, cada uno iba por su cuenta, y su novia trabajaba, así que asumía que pasaría buena parte solo entre el hospital y el trabajo, así que solo tendría sus ratos libres para escribir. Le había invitado la familia de su novia pero se sentía extraño, tras salir del hospital y prefería estar solo, a escuchar historias ajenas. La extrema soledad estaba asumida y no se quejaba. De pronto, alguien le tocó por el telefonillo: "tío,me prometiste que me regalarías un boli de los que da luz". Era uno de sus sobrinos. Al final su hermana fue con sus dos hijos. En cuanto abrió la puerta corrieron hacia él y se le tiraron encima, su sobrina se enroscó en su brazo y encendieron la chimenea. "Quiero una foto para llevársela a mamá, y traerla cuando la saquen".

miércoles, 24 de diciembre de 2025

Soneto al genio polímata.

Llegaba tarde el sabio al compromiso, con la mente perdida en mil auroras; fueron sus horas nubes remolonas, y el tiempo un hilo que jamás mantuvo izo. No fue el descuido falta de aviso, sino el afán de abarcar todas las horas; en sus manos, ideas seductoras, en su reloj, un pulso de impreciso. Mas vive en él la furia del taurino, ese ímpetu ciego que al destino embiste, errando el golpe, pero siempre erguido. No importa el rastro del error vivido, si en cada intento el alma se desviste: noble es el toro, aunque pierda el camino. *** Un soneto que aborda el final de Sócrates desde una perspectiva atea y cargada de sarcasmo: Bebióse el viejo el zumo de cicuta con un aire de mística arrogancia, creyendo que el espíritu se distancia del cuerpo que se pudre y se transmuta. ¡Qué astuta su razón, qué fe tan bruta! Habló de un "más allá" de gran prestancia, donde el alma, libre de su estancia, encuentra de las "Ideas" la gran ruta. Pero el veneno es cruel, no es metafísico: le puso el pie de mármol, frío y tieso, y lo dejó en silencio, sin un rezo. No hubo "Mundo Ideal" ni vuelo psíquico: solo un cadáver gris, un simple hueso, y un vacío total, negro y espeso. *** Bajo el peso de un cielo de granito, late el pecho en su cárcel de agonía; la voz se quiebra, sorda y todavía, frente al eco voraz de lo infinito. No queda un solo rastro del empeño que no fuera entregado a la marea; la sangre ardió en el fuego de la idea y el alma se vació tras cada sueño. Mas tras el rayo de la angustia fiera, nace una calma blanca y absoluta, la de saber que el paso fue derecho. Ya no hay temor a lo que afuera espera; concluida está la lucha y la disputa, y el corazón en brasas sobre el pecho. ***

Soneto a la muerte de Lord Byron.

Murió el mito en la costa de Misolonghi, te amo en el duro olvido y en el espanto, tras la derrota el eco de un quebranto lo que al mundo vendió su alma de emoji. Broma divina hubo en su desatino, tras la máscara medusa y la apariencia, la luz que alumbró el gas en otra esencia más allá hábil del matón del camino. El espejismo de su sueño incierto —ansia de espejismo y de la memoria— acaba en el mal oasis de un desierto. Fue el oasis otra guerra de victoria, pues tras el polvo de la leyenda muerto, brota su deseo cansado de historia.

martes, 23 de diciembre de 2025

Antes del mármol

No aguardes a que el tiempo se detenga, ni al eco del adiós para quererme; ni el hollín del seco árbol llegue a verme sin que tu voz mi soledad sostenga. Que el alma su caudal hoy desprevenga, un pez da sentido al mar al perderme; si el pecho con tu fuego no se aduerme, no habrá mañana que al dolor convenga. Ama ahora, con fe, con mano abierta, mientras late la sangre, lumbre viva, antes que el hielo la esperanza muerta. Pues queda, tras la muerte, el alma inerte: lo escrito en barro es alma que se esquiva, y en mármol permanece, pero en muerte.

Soneto a la meada.

Aun con el mundo en contra y su veneno, no detengas el chorro, fiel valiente, que si el insulto ruge impertinente, tú alivias con desdén el vientre lleno. Que hablen los necios de tu paso ajeno, mientras mojas el muro complaciente; que no hay mejor respuesta a tanta gente que un arco de cristal, curvo y sereno. Echar agua es arte en la tormenta: si te arrojan el barro de su lodo, tú riégales el odio con tu afrenta. No te aísles jamás, busca el recodo, que el mundo, si te juzga y te atormenta, encuentra en tu vivir un modo.

Soneto para superar los disgustos.

A pesar de las sombras y el desvelo, no busques en el brillo la salida; la dicha no es un auto de medida, ni el eco de una nota por el suelo. Si bien la música es un suave anhelo que calma la fatiga de la vida, no dejes que tu alma esté escondida tras un muro de lujos y de hielo. Precisa el corazón manos sinceras, amigos que sostengan tu camino en medio de la pena y las fieras. No basta el motor ni el son divino; la paz florece en voces verdaderas que vencen los rigores del destino. Bajo el sol al hambriento ahito aclara, la amistad es el agua en el desierto, un pacto entre compinches despierto, la confesión moribundo declara. Ser honrado es la luz que no se amarra, es caminar con el semblante abierto, dejando en cada paso un bien por cierto, que el tiempo en su memoria nunca para. Como un espejo al fin de la jornada, que refleja el candor de lo vivido y en la arena su huella deja grabada, así el recuerdo queda, no vencido: una estela de paz, bien cultivada, en el alma de aquel que no ha partido.